Tiempo de sudaderas

Veo las gotitas caer y quiero ser una...
Caer y evaporarme para luego
volver a caer en un nuevo lugar...
Debe ser divertido evaporarse,
te deshaces y subes para hacer una nube
y luego eres gotita.
Compraré miles de frasquitos y coleccionare lluvia de todo el mundo y tendrán etiquetas de colores.

Y por fin la época de las sudaderas está a punto de comenzar!
Se acaba el verano, empieza un nuevo curso, el que será el último para mi. Con vistas a pasar el último semestre en Holanda y con la incertidumbre del qué haré después, la nostalgia ya empieza a aparecer y la idea de las despedidas empieza a pesar...
Sin embargo ya hemos vivido las primeras lluvias en Málaga! y eso más que nada es motivo de alegría. 
Y hoy toca una nota melancólica, porque la he encontrado perdida entre un sinfin de anotaciones locas, porque a pesar de ser triste encierra belleza, como una lágrima y porque no es necesario escribir sobre verdades si no que redacto sueños y pesadillas.


Despertarse, un día más, ella a su lado duerme, escucha su respiración tranquila. Se queda quieto, no quiere despertarla, parece tan feliz… sabe que ella lo es, pero, ¿y él? ¿Sigue siendo tan feliz como el primer día que la tuvo entre sus brazos? ¿Cómo aquella vez que le susurro que la amaba y que por fin pudo besar sus labios? Entristecido acaricia su mejilla, ella ignorante de las tormentas en su mente, sonríe entre sueños. Una vez ella lo hizo feliz, él creía que la amaba, pero quizás no supiera amar, si no, ¿por qué no era capaz de sonreír a su lado?
Comprendió que no podía seguir con ella, no podía robarle la vida de esa manera, sin corresponder a su felicidad más que con tristeza y melancolía. Se decidió a marchar ella encontraría a alguien mejor, ella sería feliz.

Despertarse, un día más, nota la cama fría a su lado, él ya no está, se ha ido. Ella había intentado hacerlo feliz...



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